Ponderación de alegatos en el caso Natalia Gaitán

Desde el 26 de julio en la ciudad de Córdoba se realiza el juicio oral por el crimen lesbófobo de Natalia Gaitán. Devenir Diverse y otras organizaciones pertenecientes a la FALGBT realizarán una campaña nacional al respecto.

Pasada la jornada de alegatos en el juicio por el asesinato de Natalia "Pepa" Gaitán, desde Devenir Diverse afirmamos y sostenemos contra toda especulación maliciosa que quedó objetivamente probado, por el trabajo de nuestra compañera Natalia Milisenda, que este fue un crimen de odio basado en la orientación sexual y la expresión de género de Pepa. Aquí explicamos por qué. 1) El argumento de la defensa se basó en la hipótesis de la existencia de un cuchillo que Gabriela Cepeda, amiga de Pepa, habría tenido en su cintura. Esto, sumado al aspecto físico de Pepa, habría provocado -siempre según el defensor- un "miedo" tan grande en Torres que de un modo supuestamente irracional tomó el arma y disparó contra Pepa, toda vez que, según el defensor, por la ley vigente "estaba autorizado a hacer lo que hizo" y "ni siquiera sabía adónde estaba disparando". El supuesto cuchillo nunca apareció, no fue secuestrado por la policía y sólo es mencionado, sin concordancia, por la esposa y la hija de Torres. En lo que sí coinciden estos testimonios es en que Gabriela jamás lo sacó, ni lo usó para amenazar a nadie y Pepa nunca lo tuvo en sus manos. “La mejor evidencia de cómo opera el estigma social de la masculinidad en las mujeres fue la estrategia desplegada por la defensa, derivando de la masculinidad de la Pepa una personalidad agresiva y que daba miedo” había afirmado, momentos antes, la doctora Milisenda. Esta operación lógica por la que se deriva un supuesto "peligro" de la apariencia física de una lesbiana, es lesbofóbica y revela la extensión del prejuicio hacia las lesbianas. 2) El testimonio de Liliana Suárez, hermana de Silvia, probó que la relación entre las mujeres era amorosa y que Dayana estaba contenida y sana, luego de dejar su hogar por el hostigamiento de su padrastro y el rechazo de su madre ante la relación con Pepa. Tan grande era ese prejuicio que Silvia Suárez denunció a su hija ante el Estado provincial y le pidió a una autoridad de la Subsecretaría de Niñez y Adolescencia, la licenciada Moya, que modificara la orientación sexual de su hija Dayana. Pero la licenciada, en vez, le aconsejó un tratamiento psicológico a Suárez para aceptar a su hija. Este hecho, tomado por el fiscal Amoedo como un normal ejercicio de la patria potestad, configuró en realidad una vulneración de los derechos de Dayana quien, con 17 años, ya era sujeta de derechos según la Ley 26.061 de Protección Integral de la Infancia y, pese a que la ley vigente fija la edad de consentimento en 16 años y su integridad física y psíquica no estaba en peligro, era impedida de expresar libremente su afectividad y sexualidad. 3) La vida de Pepa estuvo llena de dificultades y marcada por la discriminación. Su hermano Diego testificó que se le negaba a ella el trabajo por su aspecto masculino y que se le burlaban los varones del barrio. Y sin embargo, se sobrepuso al odio y se convirtió en una persona sociable y querida, una líder reconocida, como cita el informe social que elaboró una trabajadora social para constancia del juicio. Pepa no se se ocultaba ni actuaba, se mostraba y vivía fiel a lo que ella era. Por eso es necesario que se reconozca el odio en la sentencia, porque, como afirmó Natalia Milisenda, "estos crímenes envían un mensaje disciplinador a la sociedad: quien es como Pepa y se muestra así, termina como Pepa. Es necesario que esta Cámara actúe para evitar que se perpetúen el prejuicio y el odio". Está ahora en manos de los jueces Víctor Vélez, Ricardo Iriarte y Carlos Ruiz tener la valentía de reconocer lo que ya quedó demostrado: que este fue un crimen de odio basado en la orientación sexual y la expresión de género de Pepa. La Cámara Séptima del crimen dictará sentencia el día lunes 8/8 a las 9.30, instancia para la que reiteramos nuestra convocatoria a todas las organizaciones sociales, políticas, gremiales, de Derechos Humanos, etc. a acercarse al Tribunales II para apoyar el pedido de justicia para Pepa. ¡Crímenes de odio Nunca más! ¡Justicia YA para Pepa Gaitán!